Podemos categorizar a los celadores en función de sus tareas o su ubicación, que condiciona sus tareas y responsabilidades. Así tenemos celadores de puerta, de urgencias, de planta, de quirófanos, en la UVI, en rehabilitación, de necropsias, de ambulancia, de ambulatorio, vigilante, de lavandería, almacenero, administrativo o encargado de turno.
Cada tipología de celador requerirá de unos conocimientos y capacidades distintas que deberán desarrollarse a través de la formación y la experiencia profesional. Es importante formarse a través de cursos homologados que permitan asumir las tareas con garantías y con una preparación profesional adecuada a fin de poder dar el servicio requerido dependiendo de la unidad en la que se trabaje.
En este sentido será el propio trabajador, el que derivado de sus intereses y en función de las tareas que ejerza en su puesto de trabajo, el que elegirá la formación necesaria. Teniendo siempre en cuenta que la formación subvencionada está enfocada a la obtención de competencias profesionales para ejercerlas en su ámbito laboral.