La Gestión Inmobiliaria abarca todas aquellas acciones que tienen como finalidad la construcción, compra-venta, alquiler y administración de bienes inmuebles. Un inmueble es un bien que, por sus características propias, no puede ser trasladado de un lugar a otro y se encuentra unido a un terreno de tal modo que no puede separarse ni física ni jurídicamente. La gestión inmobiliaria se realiza a través de un gestor o agente inmobiliario. En España para poder ejercer como agente no se necesita ninguna titulación oficial, pero si se desea ingresar en el Colegio oficial de Agentes Inmobiliarios, si es necesario haber adquirido una titulación oficial. En el caso de Cataluña, País Vasco, Madrid, Navarra y Andalucía, para ser agente inmobiliario, se requiere estar inscrito en el Registro de Agentes Inmobiliarios. Sin embargo, para adquirir los conocimientos, las habilidades y destrezas que exige esta profesión, como todas las demás, se hace necesario obtener una formación cualificada que nos otorgue las herramientas requeridas para promover, negociar y concretar operaciones de intermediación inmobiliaria centradas en promover principalmente la compra-venta y valoración de bienes inmuebles.
El sector inmobiliario ha tenido un crecimiento importante en los últimos años, enfocándose en la calidad y sostenibilidad que pueda ofrecer el mercado, es por ello que los conocimientos que posea el profesional inmobiliario, no son solamente imprescindibles, sino que se han convertido en un elemento que marca la diferencia con relación a la competencia, para lograr alcanzar el éxito. Es por ello que se exige que los agentes sean expertos y con todo el crecimiento profesional necesario para dominar todos los escenarios que se puedan presentar, con el fin de transformar el asesoramiento en una gestión que llegue a la culmine en una transacción completa.
El sector inmobiliario ha tenido un crecimiento importante en los últimos años, enfocándose en la calidad y sostenibilidad que pueda ofrecer el mercado, es por ello que los conocimientos que posea el profesional inmobiliario, no son solamente imprescindibles, sino que se han convertido en un elemento que marca la diferencia con relación a la competencia, para lograr alcanzar el éxito. Es por ello que se exige que los agentes sean expertos y con todo el crecimiento profesional necesario para dominar todos los escenarios que se puedan presentar, con el fin de transformar el asesoramiento en una gestión que llegue a la culmine en una transacción completa.